Red Bull y Verstappen dan un vuelco en las dos clasificaciones tras la debacle de Ferrari en Bakú. Binotto: “No lo miramos, nos centramos en nosotros mismos”.
Era viernes, había llovido en Ímola y la euforia de Ferrari se respiraba desde fuera del ‘hospitality’. Aquellos entrenamientos sobre mojado del GP de Emilia Romaña, cuarta carrera del año, habían disparado las expectativas alrededor de la Scuderia: más de un segundo de ventaja sobre los Red Bull en los libres después del doblete de Bahréin, el segundo en Arabia Saudí y el aplastante triunfo de Leclerc en Australia. Desde ese viernes, el Mundial es otro: Red Bull cuenta las carreras por victorias, Leclerc cuenta las poles por ocasiones perdidas (lleva cuatro seguidas) y Sainz, que está cada día más cerca de su compañero, tampoco ha cuajado todavía el fin de semana que se le presupone.
En Azerbaiyán, este domingo, Ferrari se dio de bruces con la realidad: Carlos abandonó por fallo hidráulico cuando era cuarto y Charles, que lideraba, sufrió una rotura de motor. Red Bull tiene 80 puntos de ventaja en el campeonato de constructores y Verstappen se queda 34 por delante de Charles cuando la renta del monegasco llegó a alcanzar los 46 puntos. Mattia Binotto, jefe del equipo, prefiere taparse los ojos ante la clasificación: “No lo miramos, sinceramente, nos centramos en nosotros mismos para extraer el máximo. Hay espacio para la mejora. Carrera a carrera. Las sumas se hacen al final de la temporada. Mi mayor preocupación es qué nos falta para estar bien, por qué por encima de los 30ºC tuvimos problemas de fiabilidad, por qué tuvimos problemas en el ‘pit-stop’ y por qué la salida de Charles no fue buena”.
Las mejoras que ha introducido Red Bull desde febrero han multiplicado el potencial del RB18, que era un coche muy pesado de inicio. Aligerarlo ha desbloqueado décimas. Además, no han perdido tiempo con el ‘porpoising’ y desde muy pronto solo traen evoluciones de puro rendimiento, no para mitigar el rebote. Ferrari, mientras, ha sido más conservador desde la fábrica y apenas hubo novedades en Barcelona, que tampoco fueron profundas y apuntaron al suelo, donde se resuelve el ‘porpoising’. Lo curioso es que el motor no dio problemas en las primeras carreras de la temporada y ha sido el principal dolor de cabeza desde que hace calor.
“No es obligatorio ganar en Canadá”
“La avería de Charles es obvia, relacionada con el motor. ¿Lo hemos tenido en el pasado? No lo creo, puede que sí, lo averiguaremos. Con los datos de telemetría encontraremos una respuesta concreta, los componentes irán a Maranello”, dice Binotto, que augura penalizaciones para Leclerc a lo largo de la temporada: “Tendremos que utilizar otro, probablemente”. No relaciona el abandono de Zhou con el motor italiano, “no tiene que ver con las piezas que suministra Ferrari”, pero la avería de Magnussen si lleva la firma de Maranello. Entre los positivos, que son pocos, Binotto concede que Leclerc tenía ritmo para luchar por la victoria, aunque los Red Bull apretaban: “Miraremos cómo hubiera ido la carrera, pero nos sentimos muy fuertes”. En cualquier caso, no cree que ganar el GP de Canadá de esta semana sea una obligación de Ferrari si quieren aspirar a los títulos en 2022: “No es obligatorio ganar allí, vamos carrera a carrera. Algo fue mal, pero no es solo fiabilidad, hay que mirar todos los detalles. Aunque la fiabilidad es fundamental”.
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